Foz
Foz, forma parte de la Galicia Cantábrica. Su historia se remonta a tiempos pre-históricos, así lo atestiguan vestigios como los castros de Fazouro y Pena do Altar, que fue lugar de cultos druídicos. De la época de los celtas se conserva el torques de Marzán, un collar de oro que se puede admirar en el Museo Provincial de Lugo. De época romana queda su nombre, Foz, del latín “fauce”, por estar en la desembocadura de un río, del río Masma, y también del río Ouro de cuyas cuencas posiblemente extrajeran el preciado material que le da nombre. En el siglo IX, con motivo del establecimiento de la sede episcopal en San Martíño de Mondoñedo, siendo el obispo Gonzálo (O Bispo Santo), su regidor más conocido tras atribuírsele el milagro del hundimiento de los navíos invasores normandos.
Hacia final de la edad media, gracias a la exención a la villa de Foz de los abusivos tributos y a las antiguas prerrogativas e inmunidades concedidas por los Reyes Católicos, la pesca de la ballena, la construcción de navíos y la exportación de la madera fueron importantes actividades económicas para la población. Contaba por aquel entonces, con uno de los tres astilleros más importantes de Galicia.
En el s.XII merece atención la importancia de su puerto “porto de Masma” , figurando en todos los portulanos de navegación, y uno de los únicos puertos de la cornisa cantábrica con tráfico internacional, integrado en las rutas entre Inglaterra, Flandes y Portugal. Ya en los S. XVI y XVII, el puerto de Foz será referencia en el norte de España como importante astillero, puerto internacional y pesquero destacando la actividad comercial con Portugal, Inglaterra y Flandes y su flota ballenera en decadencia desde el S. XVIII tras el Tratado de Utrecht.
El ayuntamiento de Foz posee innumerables atractivos que sirven de reclamo para el visitante y turista foráneo. Su litoral con playas de finas arenas y aguas transparentes son el principal de los atractivos del término costero, aunque no el único. Así, en el interior, su territorio alberga hermosas colinas que son auténticas atalayas desde las que se divisa la rasa cantábrica; a este respecto destacan el área recreativa de O Bispo Santo, próxima a la ermita del mismo nombre; el Mirador Pico da Lebre o el Pico da Frouxeira, donde se conservan los restos de la fortaleza propiedad del Mariscal Pardo de Cela, destruida durante la revuelta irmandiña.
La costa de Foz cuenta con magníficos arenales o playas, cada una nos ofrece unas características peculiares con un común en cuanto a sus arenas blancas y finas además de una gran cantidad de yodo. Se encuentra a lo largo de sus 25 km de litoral, unidas la mayoría de ellas por su fantástico paseo marítimo. Algunas de ellas suelen ser distinguidas con la bandera azul de la Unión Europea por la calidad de sus aguas, arenales y dotación de servicios para disfrutar del baño y practicar todo tipo de deportes acuáticos. La más conocida es la playa de la Rapadoira, en pleno casco urbano focense. Con 340 m de longitud y un paseo que la bordea, es la playa más concurrida de todas y está dotada de todo tipo de servicios. Arealonga, A Pampillosa, Peizás, Llas, Polas, Xuncos, San Pedro de Cangas, Area Brava y Areoura.
La Villa de Foz es uno de los principales enclaves veraniegos de la Mariña Lucense hasta el punto que su población se triplica en temporada estival. Por el paseo marítimo que circunda la playa de A Rapadoira se encuentran numerosos centros hosteleros donde la animación nocturna veraniega no tiene parada.